El arte del control mental

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    Sí, aunque suene un poco utópico, es algo que debemos aprender a manejar según el camino que queramos escoger. En Well pretendemos llevar un estilo de vida sano y equilibrado en todos los sentidos, sobretodo mental, física y emocionalmente.. 

    Es tan primordial esta parte del proceso que si logramos con éxito controlar nuestra “ansiedad”, hemos de decir que ¡lo logramos!, alcanzamos el equilibrio total entre cuerpo y mente.

    Para nadie es un secreto que tenemos episodios de ansiedad, ya sea por estrés, tristeza, etc. O diversos factores emocionales que nos llevan a sentir esa necesidad de comer, son los llamados “antojos” o “atracones” , que no son algo anormal, sino que nos dan por algo muy específico (casi siempre algo dulce)  usualmente después del almuerzo o a la hora de la merienda, pero se controlan debido a un factor de saciedad. Por otro lado hay cierto tipo de antojos que nos dan de forma muy repentina, urgente, y es aún más específica, como por ejemplo: el chocolate cuando sentimos tristeza, en algunos casos. Estos nos dan cierta satisfacción, pero momentánea, lo que hace que queramos estar comiendo todo el tiempo ese mismo alimento, luego nos crea un cierto cargo de conciencia, y no suele haber ningún factor que lo controle, ya que es todo mental (emocional). Si dejamos que nuestra mente se apodere de nosotros, sobre todo de la parte emocional, esa que nos hace sacar nuestro lado compulsivo, hará que tengamos un desorden alimenticio, y que desequilibre toda nuestra balanza.

     Es importante engañar a la mente manteniéndonos ocupados, es esencial, si tenemos algo qué hacer, no estaremos pensando en comida. Pero si estamos en el sofá viendo la tele, sin hacer nada productivo, pues nos llenaremos de sentimientos negativos y vendrá el hambre emocional a atacarnos. Que si nuestro novio, que si el jefe, que si nuestra madre… son todo excusas para desenfocarnos, debemos mantener la mente ocupada. Cuántas veces nos ha pasado que estando en el trabajo o estudiando en algo muy importante, se nos olvida hasta comer (cosa que también está mal, nuestro cerebro necesita energía, más de la que pensamos para funcionar como es debido)  Pero a lo que quiero llegar, es que si mantenemos la mente ocupada no habrá nada que nos distraiga, ni la comida, eso sí, según el hambre que nos surja, porque el hambre fisiológico es algo que no se puede dejar pasar.

    Hablemos pues, de las diferencias entre el hambre emocional y el hambre fisiológico

    Aprender a identificar qué tipo de hambre nos atormenta va a ayudarnos a saber qué comer o qué hacer para lograr nuestro fin: tener estabilidad emocional, mental y tener un cuerpo saludable.

    Empecemos hablando con el día de hacer la compra, vamos a ser razonables, si sabemos que en nuestros periodos de ansiedad lo que más nos antoja comer son galletas, bollos, chuches, pues evitemos comprarlas para así no “pecar” o caer en tentación, porque lo único que nos aportaría sería, azúcares, grasas saturadas,  y un montón de compuestos dañinos para nuestro organismo y aún más para nuestro cerebro. Seguro habrá quienes dirán: “Pues sí, pero me dan placer o satisfacción”, pero como lo hemos comentado antes, es algo momentáneo que lo único que crea es darte la sensación de insatisfacción, lo que hará que no pares de comer y que luego te llenes de arrepentimiento o complejos. Puedes buscar otras opciones que sean menos dañinas y que sí creen satisfacción o sensación de llenura, como lo es el agua, frutos secos, llenos de minerales y componentes sanos que te ayudarán. También se debe tener en cuenta cuando se tenga un periodo de hambre emocional, que en cierta medida es normal, a todos alguna vez nos ha pasado, que hay formas de controlar esto sin necesidad de tomar medidas exageradas.

    Por tanto, hay dos tipos de hambre, que son: El hambre emocional y El hambre Fisiológico. El hambre Emocional es ese antojo que te llega muy repentino, por algo muy en específico, y va acompañado de algún tipo de excusa, “Mi cuerpo me pide dulce” o “El chocolate es lo único que me consuela” , por ejemplo. También  te hace sentir urgido por comerlo, y no te bastará con sentir plenitud, y luego te generará culpa. Por otro lado, el hambre fisiológico es gradual más no repentino, puede esperar. No suele ser por algo en específico, sino que está abierto a varias opciones; Bastará con estar satisfecho y no te generará ningún sentimiento negativo. La verdad es algo muy lógico, pero no está demás tener claro esto.

    Cómo hacerle una jugada a la mente

    La mente es un órgano muy poderoso, por no decir el más, como que tiene vida propia, y esto hace que muchas veces hagamos cosas que si aplicamos nuestra razón no es lo más razonable, pero somos seres humanos innatos, con ciertas naturalidades e instintos que son solo nuestros, Pero hay situaciones en las que podemos dominar ese instinto. Las sustancias que segrega nuestro cerebro como las endorfinas endógenas, entre otras, hacen que sintamos satisfacción, y sensación de bienestar, cosa que el ser humano siempre tiende a seguir, y lo conseguiremos comiendo correctamente. Comer como es debido, mejorará nuestro estado de ánimo, tendrémos más agilidad mental, mejorará nuestra memoria, obtendremos mayor concentración,y un gran etc, de algo tan simple como comer bien.

    Para controlar la mente, y lograr aquel equilibrio debemos llevar a cabo una alimentación inteligente

    En la página de El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, tienen un artículo acerca de el Cerebro y la Alimentación, donde explican bastante bien esto de la alimentación inteligente donde exponen que:

    “Deben consumirse ácidos grasos esenciales, ya sea en forma de pescado azul o de suplementos dietéticos.

    Es deseable incluir alimentos ricos en proteínas en la dieta. Las proteínas son esenciales para fabricar los neurotransmisores que son vitales para los procesos cerebrales. Se debe intentar que la comida del mediodía sea más rica en proteínas, para optimizar la mente y mantenerse más despierto por la tarde.

    Hay que comer alimentos ricos en vitaminas y minerales; poseen la llave para que muchas reacciones pueden llevarse a cabo.

    Beber 1,5 o 2 litros de agua al día ayuda a mantener el cerebro bien hidratado.

    Para oxigenar el cerebro, son convenientes el ejercicio y las comidas ligeras y frecuentes.”

    También te dan algunos consejos que valen mucho la pena resaltar:

    “Hay que intentar comer más alimentos ricos en carbohidratos con un poco de proteína por la noche; ayudarán a relajarse y a dormir mejor.

    La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos.

    Por medio de la alimentación, podríamos mejorar el humor y el comportamiento, ayudando a aliviar la depresión, la ansiedad, la neurosis y los trastornos del sueño.”

    Bastante claro creo que ha quedado que, el comer bien, controlar tu mente, y poner de tu parte hace que logres ese equilibrio entre cuerpo y mente. Así que ese es, El Arte del Control Mental.

    1 comentario en “El arte del control mental”

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